El cabello es uno de los rasgos que más llaman la atención de nuestro aspecto físico y, contra lo que a veces podemos pensar, es fácil de controlar. Es posible que al mirarte al espejo pienses que no ofreces todo lo que deberías y que tienes un pelo rebelde e indomable que nunca será como el de las actrices y modelos que salen en televisión. En la mayoría de los casos no somos peluqueras profesionales y no queremos gastarnos el dinero en acudir continuamente a que nos arreglen el desaguisado que tenemos en la cabeza, pero sí que podemos cuidar nuestro cabello para que dentro de nuestro estilo luzca de la mejor forma.
Lo principal es utilizar los productos adecuados para cada tipo de pelo. Si lo tenemos largo y encrespado será aconsejable usar mascarilla como mínimo una vez por semana, mientras que si nuestro pelo es corto nos llevará menos trabajo mantenerlo sano y brillante. Para elegir el peinado que mejor te va, lo mejor es mediante el ensayo y error. Haz pruebas hasta que encuentres el que va contigo.
Si tu cabello es largo tienes muchas opciones: suelto, recogido en cola de caballo, moños… Las trenzas han vuelto a ponerse de moda en los últimos tiempos, de raíz, cruzadas o a un lado de la cabeza en estilo vikingo pueden darte el toque que estabas buscando. Si tienes mucho volumen o mucha cantidad de pelo, puedes aprovechar para hacer una gran trenza de raíz que incluya alguna otra cruzada, creando un peinado de fantasía. Si tienes un cabello moldeable, también puedes apostar por un semi-recogido que deje parte del pelo suelto formando ondas o tirabuzones, con lo que lograrás un aspecto natural.
Con el pelo corto se puede pensar que es más difícil idear un peinado original, pero no tiene porqué. Jugar con la asimetría y las rectas puede ser una buena opción. Un corte con un lado más largo o un recogido que lo aparente, o todo lo contrario, un peinado lineal y simétrico. A veces un simple toque de espuma o de cera de peinado y recolocar con las manos puede proporcionar un look perfecto.