Entre un 25-30% de los mayores de 45 años sufre queratosis actínica, un tipo de lesión precancerígena que produce lesiones rosadas, ásperas y escamosas en la piel, cuya causa principal es exposición excesiva al sol.
Según los últimos estudios, la queratosis actínica afecta a un 23,5% de los españoles a partir de los 45 años. Esta patología es quizás menos conocida que el melanoma o el cáncer de piel no melanoma, pero, si no se detecta y se trata a tiempo, puede convertirse en cáncer. De hecho, es el precáncer de piel más frecuente.
Por ello, los dermatólogos destacan la importancia de examinar nuestra piel todos los meses, y acudir al especialista para que realice una exploración en el caso de notar una peca o lesión nueva, o un cambio en la forma, tamaño o color de algún lunar.
La Dra. Mª José Fuente, dermatóloga del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, nos ayuda a reconocer las señales de la queratosis actínica.
QUÉ ES LA QUERATOSIS ACTÍNICA
Las queratosis actínicas o solares son alteraciones celulares en la parte superficial de la piel, que pueden desaparecer espontáneamente, pero también pueden persistir o evolucionar a un carcinoma.
- Se identifican por zona rosadas, escamosas y ásperas al tacto que aparecen en las zonas expuestas al sol.
- La mayor parte de los pacientes presentan lesiones múltiples y varias zonas afectadas y aunque pueden aparecer en cualquier localización, la zona más habitual es en la cabeza en zonas como el rostro, los labios, las orejas y el cuero cabelludo.
- También suelen aparecer lesiones en el dorso de las manos, los antebrazos o el cuello.
Son zonas ásperas al tacto que suelen aparecer en la cara, los brazos o las manos
«Son lesiones secundarias a la exposición crónica a la radiación ultravioleta y se considera que son lesiones precancerosas, ya que algunas de ellas pueden evolucionar a un cáncer de piel, en concreto al tipo conocido como carcinoma escamoso», explica la Dra. Fuente.
LAS CAUSAS DE SU APARICIÓN
La exposición continuada y excesiva a la radiación ultravioleta (sobre todo la radiación solar) es la causa de la aparición de las alteraciones celulares de las queratosis actínicas. Es decir hay un factor ambiental muy importante.
No obstante hay factores relacionados con la persona que influyen mucho en el desarrollo de la queratosis solar. Se trata de características biológicas de cada uno, como:
- La edad: Esta conlleva el aumento en la exposición solar acumulada y por tanto aumenta la prevalencia. En el último estudio se observó que la prevalencia a los 80 años era mayor del 60%, llegando al 70% en el caso de los varones.
- El color de piel o fototipo: Cuanto más clara es la piel más riesgo de queratosis actínicas.
- El estado del sistema inmune: En aquellos pacientes que padecen inmunosupresión se ha observado mayor riesgo de presentar queratosis actínicas y mayor riesgo que estas lesiones evolucionen a carcinomas.
- Algunas enfermedades genéticas como por ejemplo el albinismo.
«Las personas con piel clara y exposición solar elevada, como trabajadores al aire libre, deportistas, o simplemente aquellas personas que han tomado mucho el sol tienen mucho más riesgo. Y si estas condiciones ambientales se unen a factores de predisposición personal como una piel clara, el riesgo se multiplica», matiza la dermatóloga del Hospital Germans Trias.
SEÑALES DE ALARMA DE QUERATOSIS
Como nos explica la Dra. Mª José Fuente, dado que son lesiones precancerosas, se recomienda que sean tratadas siempre, por tanto se ha de consultar siempre con el especialista.
No obstante, existen unos signos de alarma que nos indican que sería necesaria una consulta al dermatólogo.
- Si la queratosis cambia de tamaño.
- Si sangra.
- Si se vuelve dolorosa.
- Si persiste a pesar de los tratamientos aplicados.
«Estos síntomas pueden ser una alerta de que esta lesión precancerosa está progresando a un carcinoma y debe recibir tratamiento precoz. En estos casos el dermatólogo puede realizar una biopsia para complementar el diagnóstico», aclara la dermatóloga del Hospital Germans Trias.
TRATAMIENTO PARA LA QUERATOSIS ACTÍNICA
Los tratamientos de las queratosis actínicas deben ser individualizados según las características de las lesiones (número, extensión, localización, sospecha de malignización,…) y las características del paciente (edad y posibilidad de aplicarse los tratamientos).
Aunque el riesgo de progresión a carcinoma escamoso invasivo es menor del 10%, los especialistas prefieren tratar la queratosis actínica como medida preventiva.
Y obviamente aquellos pacientes con muchas lesiones deben recibir seguimiento periódico por el dermatólogo para detectar aquellas queratosis con más riesgo de degeneración.
«Afortunadamente disponemos de un potente arsenal de posibilidades terapéuticas que nos permite adaptar el tratamiento a las características del paciente y de la lesión cutánea», afirma la Dra. Fuente.
Estos son los tratamientos que recomienda:
- Cuando son lesiones únicas los tratamientos más empleados son el raspado, que se puede combinar con electrocoagulación, la crioterapia con nitrógeno líquido, el láser y la extirpación quirúrgica.
- Si las lesiones son múltiples, dependiendo del grado clínico se puede tratar con tratamientos tópicos como el diclofenaco en gel de ácido hialurónico, el imiquimod y la terapia fotodinámica.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Dado que la principal causa de la queratosis actínica es la exposición excesiva al sol, la Skin Cancer Foundation ha dado una serie de recomendaciones para proteger la piel:
- No exponerse de forma prolongada al sol, especialmente entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde.
- Evitar las quemaduras solares.
- Evitar el bronceado al aire libre y las cabinas de bronceado de rayos UV.
- Cubrirse con ropa, incluyendo una gorra y gafas de sol para bloquear los rayos UV.
- Usar crema de protección solar resistente al agua, de amplio espectro y con un factor de protección de más de 50. Aplicar la crema en el rostro a diario (incluso en invierno) y dos cucharadas soperas de crema protectora en todo el cuerpo antes de exponerse al sol. Se debe repetir esta acción cada dos horas o inmediatamente después de bañarse o haber sudado excesivamente.
UNA PATOLOGÍA INFRADIAGNOSTICADA
Muchas veces este tipo de lesiones no se consultan al especialista. «En muchos casos los pacientes consideran que son lesiones secundarias a la edad, desconocen el riesgo de progresar a carcinoma y piensan que no requieren tratamiento, por eso no consultan», asegura la Dra. Fuente.
De hecho, en el último estudio se vio que un 30% de los pacientes que acudieron al dermatólogo lo hicieron por otros motivos y el diagnóstico de queratosis actínica se realizó cuando el dermatólogo exploró al paciente.